PEQUITO EL AVENTURERO

Pequito el aventurero es mi ópera prima. Es una novela corta para niños que nos transporta a una realidad de la que intentamos rehuir. Pequito los llevará de la mano a su mundo fantástico y les enseñará que los sueños se pueden volver realidad y a pesar de las adversidades jamás debemos renunciar a ellos. El blog de Pequito, tiene además, otras historias,cuentos y dibujos para el goce de los niños y no tan niños.

Friday, July 06, 2007

Revista Transformers: Héroes de TV

No recuerdo muy bien el año, pero lo que sí recuerdo es que estaba en el colegio , primaria para ser un poco más “exacto”. El estreno de la serie los Transformers iba a ser todo un boom en la televisión peruana.
Antes que sucediera eso, veíamos a los inefables Gobots, un grupo de huachafos robots que eran liderados por un avión llamado Leader -1 junto a sus compinches, otras máquinas que se convertían en carros y hasta una moto Scouter. Lógico que también tenían sus enemigos. Una motocicleta y un bólido femenino Cykill y Crasher, respectivamente. Bueno eso era lo que había, pero cómo nos divertíamos con los chicos del barrio “convirtiéndonos” en esos pobres diseños animados. Porque ojo, la palabra “transformarse” aún no estaba en nuestro escaso vocabulario.
Recuerdo que el estreno fue un lunes a las 8 p.m., un horario poco usual para una serie de dibujos animados y sobretodo en el canal 5. En fin, los avances estaban sorprendentes. Lamenté que mi televisor sea en blanco y negro, pero al menos era de 21 pulgadas.
Llegó el día y la hora esperada y allí estaba Bumblebee en acción en el planeta Cibertrón, junto a su grupo de amigos llamados Autobots y a sus mortales enemigos los Decepticons. Porque esos sí eran enemigos.
Después de eso, los dibujos no volvieron a ser los mismos. Aunque paralelamente salió también Robotech, pero eso es otra historia.
Pero lo que recuerdo con mucha nostalgia era mi colección de revistas, Transformes: Héroes de TV. Digo era, porque esa valiosísima colección se esfumó de mis manos en el tiempo. Se extravió, no recuerdo cuando ni como. Pero el recuerdo está perenne. El aviso en la televisión anunciaba el lanzamiento de una revista de la serie transformes. Era la versión traducida de la historia de los habitantes del planeta Cibertrón y su llegada al planeta Tierra, pero con gráficos diferentes y una historia que en la mayoría de sus partes no coincidía con la que daban en la televisión. Que más se podía pedir, era la gloria.
Religiosamente cada 15 días, ahorraba lo que me daban en la semana y me dirigía a un kiosco, cercano al Congreso, donde compraba mi ejemplar, porque en esa época vivía en Barrios Altos. Era una época en que estaba bajetón en notas del colegio y tenía que leerlas a escondidas de mi madre que estaba atenta a todos mis movimientos. Me volví adicto a la serie y a todo lo que tenga que ver con ella.
Por eso cuando mi madre descubrió las revistas, figuritas, álbunes, dibujos en cuadernos y una serie de souvenirs de la serie y los hizo trizas, sentía que mi corazón se hacía trizas también y su palpitar era mucho más intenso, hasta que finalizó en un llanto que empapó mi camiseta del buen Optimus Prime.
Siempre me preguntaré porque mi madre hizo eso. En fin creo que la respuesta cae de madura. ¿Pero por qué no le pude explicar en ese momento que me había costado tener todo lo que había adquirido?
La ley del hielo por una semana a mi madre. Luego volví a las andadas. Recuperé mi colección hecha trizas buscando por todo Lima hasta que las junté todas. Con el alucinante final que fue la muerte de Optimus Prime en un juego de video, vencido por su mortal antagonista Megatron. Un final triste y conmovedor que cumplió con mi ciclo de coleccionista de la serie y mi adicción.
Hasta que en algún avatar de la vida se esfumó de mis manos. Lo que tanto había amado, se fue. Me sentí triste, pero se me pasó. Tuve cólera, pero se me pasó. Volvía a llorar, pero se me pasó. Nunca sabré que sucedió. Solo espero que estén a buen recaduo.
Hasta que hace algunos días, después de muchos años, en Internet ví que estaba a la venta un solo ejemplar de la revista a 13 mil dólares.
¡¡¡¿Un solo ejemplar a 13 mil dólares?!!! Grité en el trabajo. Limpié mi pantalla para ver si era verdad.
Desde ese entonces mi vida se transformó en pesadilla.