PEQUITO EL AVENTURERO

Pequito el aventurero es mi ópera prima. Es una novela corta para niños que nos transporta a una realidad de la que intentamos rehuir. Pequito los llevará de la mano a su mundo fantástico y les enseñará que los sueños se pueden volver realidad y a pesar de las adversidades jamás debemos renunciar a ellos. El blog de Pequito, tiene además, otras historias,cuentos y dibujos para el goce de los niños y no tan niños.

Monday, August 27, 2007

¿Por qué nos gustan tanto los muñecos de acción? (Sobretodo japoneses)

Yo quería un He-Man con su Battle-Cat para Navidad. Estaba de moda. Aunque no me hubiera quejado si me regalaban un Skeletor con su pantera lila. Faltaba una semana para el 25, pero sentía en el ambiente que iba a ser mi Navidad perfecta. Había sacado notas aceptables en el colegio y me merecía ese regalo. No me cansaba de pasar todos los días por las tiendas del Mercado Central a contemplar en las vitrinas al poderoso Amo del Universo. No pedía mucho. Porque sabía que el castillo Greyskull era inalcanzable.
En los ochenta existía en Mesa Redonda una esquina donde había una tienda que le pertenecía a unos japoneses. Era una tienda fantástica. Tenía un escaparate exclusivo para sus robots importados. Todos eran japoneses. Que impresionante era el diseño. ¿Qué técnica tienen estos ‘ponjas’ para crear a la perfección muñecos a imagen y semejanza de las series de TV?
Me paraba cerca de 10 minutos para contemplarlos. No me molesté nunca en preguntar cuanto costaban porque uno intuye el precio de la perfección. Pero me sentía tranquilo por mis notas y ese He-Man estaría en mis manos. Pero claro, sería inquietante, si por casualidad en una cajita de regalos, estaban esos preciados muñequitos japoneses. Así que sugerí o hablando coloquialmente, me “mandé” y pedí también, “…uno de esos robots que está en la tienda, esa que está en la esquina por mesa redonda. ¿La ubicas mamá? Sí, esa, la de los chinos” (Porque así le decía a los japoneses del Barrio Capón). ¡Ah! Por supuesto, sin descuidar a los Amos del Universo.
Hasta que llegó el día esperado. Y sí, lo que todos imaginan. Ni rastros del maldito He-Man, ni del maldito tigre Battle Cat . Estaba triste, los regalos se agotaban y ni siquiera un maullido dentro de algún obsequio.
¡Qué importa! Sólo el tigre. Un Ranger viejo tendría el honor de montarlo. Pero nada.
La última caja esa debe ser. ¡Pero no! Por el contrario, era un robot japonés. Uno de la tienda de Mesa Redonda.
No me sentí triste ni decepcionado. Era simplemente muy, pero muy bonito. Lanzaba misiles, por las piernas y el pecho y también disparaba los puños como misiles. No extrañé nunca a He-Man ni a Battle-Cat, ni a Skeletor ni a su pantera lila forrada en tul.
Ese era el regalo perfecto. Claro, como las revistas, también se esfumó de mis manos, luego de jugar hasta llegar al hastío. Aunque el recuerdo siempre es perenne.
De allí, no quería otra cosa que no sea un juguete japonés. Así la serie nunca llegue a nuestra televisión. Me enamoré de esos diseños. ¿Cómo puede uno enamorarse de un muñeco? Bueno, a mí me pasó.
Ahora, siempre que quiero volar un poco mi imaginación y rememorar ese muñeco japonés, me doy una vueltita por las Galerías Arenales, que tienen un sin números de personajes, A-lu-ci-nan-tes. Claro, inalcanzables por su precio solo para coleccionistas.
Pero que lindo imagino sacándome la Tinka y comprarme la tienda con todo su contenido.

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